lunes, 14 de julio de 2008

Mr Carlous y las naranjitas chinas. (segunda entrega)

Mr. Carlous manejaba cada día una de las tres rutas del after school program. En su ruta se juntaban particularmente los niños más traviesos del programa y quien sabe acaso del estado de Florida. Las cosas se ponían difíciles para Mr. Carlous, pues sin duda los viajes eran los momentos más duros del trabajo pues los niños aprovechaban para jugar y armar bullanga a su gusto. Los más pequeños se animaban a saltar o hasta bucear bajo los asientos. Todo este barullo se producía a sabiendas del espíritu calmo y distendido de Mr. Carlous. Mr. Carlous se hacía de la vista gorda al percibir por el espejo retrovisor los primeros movimientos de desorden, las primeras risas contenidas y susurros.