Es una humilde teoría, una formula personal acerca del amor que he aprendido a fuerza de alegrías y decepciones. Una de las razones por la que no busco novia es porque creo que muchas veces al buscar uno crea una forma. Como esos juegos de niños donde uno debe meter el circulo en un agujero, el cuadrado en el hueco similar y lo mismo con el triangulo. Uno crea una forma, una expectativa para que alguien encaje en ella. Si un triangulo intenta entrar por el espacio del círculo: no entrará jamás. Creo que cuando uno crea una forma, un deseo o expectativa, está creando a la vez límites para uno. En cuestiones de amor: prefiero no buscar.
Creo además que el que busca no encuentra porque el buscar no es un estado en el que uno se encuentre apto para compartir. Pues uno busca cuando aparentemente le falta o carece de algo. Me ha pasado que en las etapas más tranquilas de mi vida, en paz conmigo, mi entorno y disfrutando de mi tiempo, me he encontrado de pronto con la chica, justo cuando no la he buscado, cuando he sentido que no la necesito.
Al amor me lo han presentado, ha tocado a mi puerta o se ha sentado junto a mí. Cuando he buscado novia nunca ha pasado nada tan bueno, al contrario, cuando he buscado novia nunca la he encontrado. Me he convertido en el pretendiente fantasma, el amigo eterno. He quedado embobado con una imagen muy linda o una muchacha aparentemente justa, buena e inteligente: una perfecta ilusión, decorada con mis deseos y perfumada con mis ansias. Nada real, nadie a quien en realidad conozcas, nadie a quien le intereses en serio, nadie que sonría solo de verte, te ame o se ría de tus chistes más tontos. Creo que el único enamoramiento real es el correspondido, lo demás son: fantasías animadas.
El crimen no fue perfecto
(si se volvía perfecto dejaba de ser crimen)
La primera vez que me enamoré, así en serio, no fue una historia tan feliz, o no lo fue hasta el final. Fue algo muy fugaz casi un espejismo. Tomé decisiones erradas de arranque y como dicen por ahí: “lo que mal empieza, mal acaba.” Aquella vez no la buscaba y la encontré. Por cuatro semanas fuimos felices y dichosos, yo le presenté a Django Reinhardt y le gustó mucho (gran señal) ella me enseñó a ponerle aceite de oliva a las lentejas (se lo agradeceré siempre) conversábamos mucho, dimos largas caminatas, nos reímos de nuestras maldades, hacíamos planes, aprendimos cosas. Hasta ese momento habíamos sido grandes amigos, no pasaba por nuestras mentes encontrarnos con algo como lo que vivimos. Pero la circunstancia era complicada: nos apuramos y tomamos malas decisiones. Por eso no resultó. Yo tenía 19 años y ella 18. Fue algo muy intenso: sentir que de pronto conociste a la cómplice ideal, al complemento perfecto para seguir descubriendo la vida. Y ese creo fue el problema, era demasiado bueno y no era momento de intentar algo. Arriesgamos y perdimos.
Las circunstancias fueron como un huracán que termino finalmente llevándosela a otro lugar. De pronto la muchacha de mis sueños, dejó de ser mi cómplice y no quiso saber más de mí. Decidió sacar cuerpo con fuerza, mucha fuerza. No la he vuelto a ver a tal punto que a veces dudo si es que aquello ocurrió. Muchas veces a las personas no nos gusta enfrentar la verdad, así que inventamos una en donde no somos tan malos, una “verdad” con la que podemos justificar cualquier acción, donde todo nos resulta más cómodo. Ella decidió creer una “verdad” de manera tal que desapareció de la mía por completo.
Luego de todo aquello me encontraba como un gato al que acaban de despertar y sacan de la cama de repente: desconcertado, inmóvil, sin entender nada. Luego de aquello solo quedó un recuerdo, una ilusión de haber estado unos días en el paraíso. Aquello había pasado pero yo seguía ahí de algún modo, me resistía a aceptarlo, no entendía bien cómo pasó todo. Sentía que todo fue injusto. Los gatos tardan unos minutos en recobrarse del desconcierto y generalmente llevan la boca entreabierta. A mi me costaron dos años. Aburriendo a propios y extraños con la historia del idilio quebrado, cerrándome puertas, repasando una a una las palabras, los sucesos, volviendo inútilmente a la escena del crimen, revisando repetidamente las pocas evidencias: como un agente Mulder estudiando uno de los expedientes X de los amores consumidos por combustión espontánea: por el fuego del apuro, el apego y la confusión.
A veces la hecho mucho de menos. Era una persona a la que me dolió perder y siempre me he preguntado que pasó con la muchacha que conocí, la que me quería tanto y aseguraba que era un gato mientras me acariciaba en la cabeza. La que me cantaba “I Want You (She's So Heavy)” del Abbey Road. A la que le enseñé la palabra tema, (no “el tema” sino “la tema”, la de cada loco con su tema), esa idea fija que suelen tener los dementes o la palabra que repiten si cesar. Recuerdo como le gustó: “la tema, me gusta como suena: la tema!” dijo y cerró los ojos como si guardara esa palabra en lo profundo de su alma, ese lugar al que me dejó entrar una vez hace mucho. Luego ella se convirtió en mi tema por largo tiempo.
Hicieron falta libros, clases de meditación tibetana, natación tres veces por semana, entrenamiento Tai Chi Chuan, una dieta sana y el nacimiento de Harpo: o sea crecer. Me hizo falta crecer para sentirme en una nueva etapa de mi vida. Libre de ese mal entendido. De esa promesa de amor olvidada.
Luego de aquello, dos años después, una noche, se sentó una niña muy linda junto a mí. Conversamos de música y libros. Descubrimos en ese momento que su cantante favorita estaba casada con uno de mis escritores predilectos. Era una magnifica señal. Luego nos sentamos en una escalera esa misma noche y nos empezamos a conocer y a enamorar. Pero esa es otra historia. La conclusión para mí es que en las cuestiones de amor: el que busca no encuentra.
"Sweet Sue - Just You"/Django Reinhardt
6 comentarios :
estoy de acuerdo contigo. la idealizacion, las proyecciones son muy peligrosas sobre todo porque eso provocaria caerte desde una nube muy alta y la imaginacion es demasiado poderosa. creer tambien q el amor no existe y q crece a partir de un aparato personal tambien es mezquino.
El propio ego busca excusas, hasta q al final la suprvivencia te hace ver la realidad.
yo también tuve un amor parecido al que tuviste a los 19 (tb lo tuve a los 19).. en mi caso se vio agravado por el hecho de q ese chico fue el primero q bese. mi pregunta no es si esa historia existió o no. en realidad me pregunto yo si lo llegue a amar a el, o si es que simplemente estaba enamorada del amor. hasta ahora es muy triste pensar que no tengo una respuesta para ello.
Tan cierto todo lo que dijistes
A todos nos ha pasado lo mismo y si alguien lo niega... solo tiene que esperar. Creo que es una experiencia obligatoria en la vida que unauqe no la desees alli está
Y por tu entrada, el comentario de Satellite y mis experiencias los 19 es una buena edad para que te ocurra
Amigo, escribe más cositas, que están buenas y sabias. Creo que sí es bueno no buscar, aunque hay veces que uno tiene especiales ganas de compartir. Pero en eso creo que coincidimos, mejor que sea una época en que estamos bien y tenemos para dar, y no cuando algo nos falta. Aunque, otra rueda de tuerca, el destino no siempre te agarra preparado. Eso sí, creo que a veces nos concentramos mucho en buscar, y no tanto en conservar, cuidar, regar y admirar lo que está al lado. Un abrazo amigo, desde los viejos tiempos.
satélite: me parece que la duda ya es una respuesta en si. Gracias por el comentario y la buena onda de siempre.
pape: quizá los 19 son una buena edad para que ocurran desencuentros así. Para equivocarse y con el tiempo aceptarlo ...pues para ganar hay que saber perder. ;)
sandra: el destino no me a agarrado preparado y yo tampoco lo he cogido preparado. Espero que para la próxima oportunidad no olvidar las sabias palabras del maestro Kan: (http://es.youtube.com/watch?v=0JBQPCHHK0Q&)
Otro abrazo amiga.
carpote
Comparito que bien escribes Carlos te juro, en realidad he leido lo que has escrito y me han dado muchas ganas de volver a la lectura, como lo hacía antes. A veces uno hace una restrospectiva de su vida y terminas dandote cuenta que en cierta edad (en mi caso de los 15 a los 20), uno cree que tiene todas las respuestas del mundo.
Tio de veras sigue escribiendo que me ha servido para reflexionar sobre muchas cosas, en realidad yo creo que busqué y creo que tuve la suerte de encontrar. Puede sonar frio pero a veces el amor de ensueño y fantasía a veces se transforma en amor de trabajo en equipo... y estoy convencido de que es bonito también... pero puede tener una plataforma con ciertas fallas dificiles de encontrar y subsanar, por eso rescato tu reflexión acerca de no encasillar el amor.
Saludos
Darksoul: Gracias por la buena onda. Claro que toda relación es chamba. ¿Y cuando el amor se transforma, no deja de ser lo que estabas buscando? (más terco, jaaaa) nada, en verdad eso de no buscar es mi manera de verlo, también hay quienes buscan y encuentran, pero en tu caso encontraste dentro de la relación que ya tenías, o eso es lo que entiendo. Y nada te felicito por eso y a seguir chambeando: que al final uno es su propio enemigo. Jaja.
Salu2.
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