martes, 28 de octubre de 2008

Chacalón y La Nueva Crema.

En diciembre pasado visite Lima por última vez y me reuní con Andrés y Francisco, mis buenos amigos y más grandes proveedores de música en esta vida. Desde la última vez que tuvimos la oportunidad de escuchar música juntos había pasado poco más de un año. Los muchachos andaban especialmente entusiasmados con Procol Harum y Los Destellos. De Los Destellos no había oído nunca nada, la verdad no tenía ni la menor idea. Y eso es muchas veces mejor. Perderte algo bueno en música no es del todo malo, pues tienes la oportunidad de descubrirlo y disfrutarlo: algo así como una garantía de futuros buenos ratos. Y así fue, Los Destellos son increíbles. No había oído mucho Procol Harum, sólo recordaba “A Whiter Shade of Pale” de la que mi padre se ha proclamado fanático en más de una ocasión y me recuerda además de manera inmediata a Nick Nolte en el papel de pintor en una de las tres historias de la película “New York Stories”. Los muchachos sabían que por lo menos había escuchado esa canción. La canción más famosa no es siempre la mejor. En muchas ocasiones, como en esta, es sólo la punta del iceberg.