El oso Polar.
El miércoles fui a comprar a un supermercado de por aquí. Encontré unos peluches de animales, eran para ayudar a conservar el medioambiente. Estaban muy bellos pero no tenían precio. Una tortuga, un jaguar, un búfalo y un oso polar representaban a los océanos, las selvas vírgenes, los animales en peligro de extinción y el deshielo de los polos respectivamente. Cogí un oso polar, porque me preocupa el calentamiento global, que los osos polares se queden sin habitat y además porque siempre he pensado que se parecen a mi perro Harpo.
Al momento de pagar la cajera algo sorprendida por el oso polar, me dijo que costaba $7. Pensé que si en algo ayudaba para que los “Harpos” del polo norte no se quedaran sin casa estaba bien. Casi me salen más caros mis impulsos ambientalistas, cuando ya estaba casi fuera de Publix y escucho el desesperado “excuse me Sir” de la cajera pues ya andaba dejando mi leche de soya chocolatada de puro contento por el oso polar de peluche. Es un oso muy bello y aunque es supuestamente un juguete para perros, no se los dejo a Harpo y Dharma, pues lo dejarían hecho añicos en pocos minutos. Casi como estamos dejando en añicos nuestro planeta a cada segundo.
Los focos
Mi madre en un ataque de ecología compra varios focos ahorradores de los que siempre estoy hablándole y amenazando con comprar. No sé qué la convenció más: el ahorro o la ecología, pero la aplaudo y la felicito sorprendido por la acción que no fui capaz de concretar.
Mis abismos
Desde la infancia siempre me han gustado los animales y con el pasar de los años esa fascinación por la naturaleza ha crecido y se ha extendido a las plantas y un respeto profundo por toda forma de vida en general. Pero paralelamente también ha crecido un abismo en mí. Una emoción que me parte el alma y me atormenta desde niño. Se trata del sufrimiento de los animales. Todo sufrimiento me conmueve y afecta, pero el de los animales me daña de mayor forma, pues éstos no tienen la capacidad de entender lo que pasa. Por ejemplo, cada vez que me voy de mi casa, ya casi es normal que Harpo a sus 8 años y Dharma a sus 4 lloran, aúllen como dos cachorros. Ocurre igual con su alegría al verme llegar. “Verte les devuelve la vida“ dice mi madre sorprendida. A Harpo lo tengo desde que tiene un mes y le he dado mucho cariño y hemos compartido muchas cosas en estos 8 años. Cuando yo venía para acá, cuando me mudaba a West Palm, insistía por traerme a mis dos perros conmigo, a pensar que sonaba a locura, capricho o complicarme la vida. Lo hacía sobre todo por Harpo. Me rompía el corazón imaginarlo en Lima, esperando a que vuelva, sin entender porque no estoy y sin “volver a la vida”. Esa sensación me aterraba he hice todo lo posible por traerlos. Y hoy me doy cuenta que fue vital para mi. Pasearlos todas las mañanas y las noches hacen que me sienta en casa, hace más soportable estar lejos de mi padre y amigos. Pero más allá de mi paz personal con la naturaleza, existe aún el otro vértigo, al abismo que solo miro de reojo, el que no me animo a pensar mucho para no sentirme mal.
La verdad
Por experiencia personal y por lo que he aprendiendo en la vida, pienso que la madurez está relacionada directamente con nuestra relación con la verdad. Con decir la verdad y buscarla sin miedo. Hacernos responsables de nuestros actos y sobre todo vernos a nosotros mismos de una manera transparente y honesta. Afrontarla siempre es lo mejor a mi entender.
Los Terrícolas
Me topé con la página de Peta (People for the Ethical Treatment of Animals) en Facebook y empecé a curiosear y encontré y conocí mejor varias de sus campañas. Aprendí sobre empresas y marcas que no tienen un tratamiento ético con los animales. Que abusan de ellos. Y al descubrirme un usuario de varias (Petco, Petsmart, Iams-Eukanuba), decidí de inmediato cambiar de rumbo y volver a las tiendas pequeñas.
Ya empezando a ver las fotos de animales maltratados comencé a sentir un nudo en la garganta, luego me encontré con un link que me llevaba a ver una película llamada “Earthlings” (Terrícolas) Sabiendo a lo que exponía al ver esa película de hora y media, decidí sentarme y verla. Porque quiero estar mejor informado sobre el tema que tanto me apasiona, porque quiero afrontar la realidad por más dolorosa que esta me resulte. Es una película muy fuerte, muy bien hecha y creo que cualquier persona que ama a los animales, que ama la vida o a Dios debe verla. Debe saber la verdad tras las tiendas de mascotas, tras la comida que tenemos en nuestras neveras y sobre todo a las personas a las que les compramos, la verdad sobre los animales bajo nuestros intereses y conveniencia. Saber que en una fabrica de carne, cuando nace un becerro es separado de su madre a los dos días y es atado del cuello y confinado en una jaula durante tres meses para evitar el desarrollo de sus músculos, con una dieta líquida, sin cama, sin agua y sin luz. Sin opción de compartir con sus congéneres, ni correr por el pasto y ver el sol, la noche y la vida pasar. Sin jugar, como es el instinto de todo cachorro. Simplemente pasar dos días con su madre y luego atado del cuello y las patas y muerto a los cuatro meses luego de vivir esa corta y miserable vida, disculpen, pero es la putada más grande que una persona puede hacer. Ya no se trata tanto de que si se le mata o no para alimentarnos, sino de que en el poco tiempo que está vivo (cuatro meses) se parece en algo a lo que sería su vida o más bien un infierno con sufrimiento extremo. Sólo para que no desarrollen sus músculos por una conveniencia mercantil. Y si la muerte es rápida y sin sufrimiento o con métodos donde muchas veces el animal es consiente mientras está colgado de las patas y se desangra con varios órganos ya afuera de su cuerpo.
Cada especie es como una nación, la mayoría oprimidas, esclavizadas, explotadas y devastadas por nosotros mismos. Afectadas directa e indirectamente por todos. Los días siguientes a la película, quedé un poco traumado. Al ver pasar un camión de leche no podía dejar de pensar en todo el sufrimiento y crimen que hay detrás. Ya no le doy mi dinero a quienes comercian con la vida de los animales con crueldad. Y cuando me ofrecen alguna comida la acepto con un profundo respeto y compasión por la vida que se sacrificó. Agradezco la verdad revelada.
Dios
En los últimos tiempos he tenido contacto con distintas formas de espiritualidad y fe. He conocido más y hasta he visitado iglesias y ceremonias. Siempre he respetado mucho la vida espiritual y la fe de los otros. Aunque siempre con cierto sinsabor por aquellos que no respetan las formas de sentir y vivir la espiritualidad de los demás. Pero que una persona se tome un tiempo para desarrollar su vida espiritual me parece saludable y digno de aplauso siempre. Pero me sorprendo más al ver que en las iglesias, nunca se habla de temas ambientales, del calentamiento global o de los derechos a los animales. Yo creo que ese debería ser el tema principal en las agendas de todos los movimientos religiosos y espirituales del planeta. Para mí Dios es la vida. Y el respeto por la vida debería ser la preocupación de la gente que ama a Dios en estos tiempos. O por el planeta cuando menos, pues estamos destruyendo la creación de Dios (o como lo llames o lo sientas). Estamos destruyendo nuestro planeta y arrasando a quienes nos acompañan en este viaje.
Earthlings
Para mi fue necesario ver Earthlings para ser conciente de muchas cosas importantes. Aquí los dejo con la reseña y la película:
“Earthlings es un documental sobre la total dependencia humana de los demás animales (como "mascotas", comida, ropa, entretenimiento e investigación científica) pero también ilustra nuestra completa falta de respeto hacia ellas. La película está narrada por el nominado al Óscar Joaquin Phoenix (Gladiador, Walk the Line) y la música es del artista Moby. Contiene un extenso estudio sobre las tiendas de animales, granjas de cachorros y perreras, así como granjas industriales, comercio de piel y cuero, las industrias de los deportes y entretenimiento, y finalmente la profesión médica y científica. Para ello han utilizado cámaras ocultas y grabaciones nunca vistas del día a día de las prácticas de algunas de las mayores industrias del mundo, totalmente dedicadas a sacar beneficio de los demás animales.”
Para ver el video un poco más grande clic aquí
lunes, 21 de abril de 2008
El oso, el foco y los terrícolas
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2 comentarios :
es un documental muy bueno y logró en su momento (2006) que se cambiaran algunas cosas en Estados Unidos. Pero queda mucho por hacer aún!!! El site de peta en español tiene información de interés: http://www.petaenespanol.com
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laura
Buen dato Laura, me acabo de inscribir. A mi madre casi le da un ataque con esa pregunta de "puede albergar animales de granja en su casa" a ver que acontece. Y claro que hay mucho que hacer. Como me dijo una amiga hace poco: "EL CAMBIO ESTA EN TUS MANOS, ESTA EN TI
EL UNIVERSO TE NECESITA
TODO LO QUE NECESITAS ESTA EN TU CORAZON, ESCÙCHALO........"
Saludos.
carpote
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