martes, 2 de agosto de 2011

Instrucciones para cazar a una araña


Hace algún tiempo, al cerrar la puerta del baño, descubrí a una araña sobre la pared. La miré fijamente. Se quedó inmóvil. No era muy grande, sus patas eran cortas y color caramelo. Tenía la misma gracia y brillo de una canica, me sorprendí a mí mismo admirándola. Salí del baño en busca de un recipiente para cazarla. Al volver la araña ya no estaba.


Luego de esa vez, he tenido recurrentes encuentros con arañas, las veo cruzando la sala o las descubro detenidas en el piso como esperándome. Lucen más temibles que la que vi aquel día en la pared del baño, son más grandes y oscuras. Al momento de cazarlas lo hago con cierto nerviosismo y un profundo e instintivo miedo a ser picado, pues pueden llegar a moverse a gran velocidad. El ritual suele repetirse, voy por un frasco que tengo especialmente para cazar arañas. Luego la miro fijamente y empieza lentamente una nerviosa danza entre la habilidad de la araña para huír contra mi capacidad para lograr que entre en el frasco. No es nada fácil, me ha tocado mover muebles y gritarle a los perros para que no traten de olerlas o aplastarlas con sus patas. Siempre con vértigo, con miedo de perderlas para encontrarlas luego caminando entre mi ropa o picándonos. Generalmente mis encuentros con arácnidos pasan de noche, cuando es un poco más difícil verlas. Una vez cazadas, salgo de casa y busco una reubicación que favorezca a ambas partes. Generalmente en algún jardín lejano. Cuando no las veo caer o desaparecer en la penumbra, regreso a casa repasando con la mirada frasco y brazo para cerciorarme que no se han escondido y planean tomar el viaje de regreso a casa.

La Desgracia.
Una noche en la que me invadían sueño y cansancio, me tocó cazar una araña. El cansancio nubló el estado de alerta necesario para desarrollar esta tarea y lamentablemente entorpeció a su vez mi coordinación. En un intento de cazarla le quebré dos patas. Levanté el frasco de vidrio velozmente al ver lo sucedido, el sueño se me fue de golpe. La araña corrió hacia mí a gran velocidad en su intento de huír. Traté de retenerla con el frasco pero su velocidad superó mi pericia y por segunda vez la herí, pero esta vez de manera mortal. Me sentí muy mal, pues la intención de cazarla es justamente para devolverla a un habitad más adecuado sin hacerle daño. Cazarla es responder como adulto a un miedo infantil, resolver de un modo responsable una situación en la que el miedo, el instintivo y el impulso de matar son más fuertes. Cuesta ir a buscar un frasco, toma tiempo y se necesita de cierta astucia para atraparlas. Lo más fácil es pisarla, sin duda. Esa muerte llena de sufrimiento resultaba ser todo lo contrario a la intención que me impulsa a cazarlas. Me jodió mucho. La pise velozmente al verla tan mal herida. En ese momento pensé en la manera de cazarlas de forma eficiente y segura. Pues matarla puede resultar también peligroso, pues si fallamos hay más posibilidades de que la araña nos ataque, al sentirse amenazada.

Instrucciones
Para cazar a una araña se necesita un frasco de vidrio con tapa y un pedazo de cartulina (o revista delgada). Debemos tener estos instrumentos en un lugar especifico, para encontrarlos con facilidad al momento de necesitarlos (volver y que la araña ya no esté puede resultar inquietante). El procedimiento es de lo más sencillo, Tomamos el frasco con la mano izquierda, la revista con la derecha. Si nos acercamos a la araña por el lado izquierdo, lo mas seguro es que el arácnido huya hacia la derecha, es en ese momento cuando ponemos de ese lado la revista buscando que suba en ella. Una vez que la araña está sobre la revista, la levantamos y tomamos la revista de manera que se transforme en un tobogán cilíndrico. Inclinamos la revista lo suficiente como para que la araña caiga dentro del frasco, soltamos la revista y tapamos. Si nuestros movimientos son lentos hay menos posibilidades de que la araña se mueva velozmente. Salvar la vida de una araña no cambia nada, pero para la araña lo cambia todo y para usted también dependiendo de como lo perciba o interprete.

Para cazar a una araña se necesita, sin duda, una poca de gracia.

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PD: Cuando tomaba la foto de este post, con el gracioso dibujo que mi hermana hizo especialmente, entró a la casa una pequeña lagartija bebé a la que rescatamos:


2 comentarios :

carlos bejarano dijo...

Qué buena la foto de la araña en el vaso.

Blogapalusa dijo...

Esa iguana se ve agradecida